La grave crisis económica, de la que apenas comenzamos a salir, y las decisiones que, como consecuencia de la misma, adoptaron los responsables políticos, tanto nacionales como autonómicos, causaron un grave daño a las universidades públicas, reduciendo al mínimo su capacidad presupuestaria y consecuentemente la posibilidad de desarrollar políticas universitarias. En el ámbito de la Comunidad de Madrid, y en el caso concreto de la Universidad de Alcalá, han sido muy probablemente las infraestructuras el elemento que ha sufrido el deterioro más importante. En el periodo previo a los recortes económicos, y de acuerdo a los convenios firmados con la Comunidad, la universidad disponía de un presupuesto aceptable para afrontar sus necesidades en este terreno. Sin embargo, de forma brusca y sin previo aviso, las universidades madrileñas dejaron de percibir las cantidades pactadas, pasando a recibir una suma mínima en concepto de inversiones, apenas suficiente para soportar los gastos obligados de mantenimiento. La consecuencia de estas medidas ha sido el deterioro progresivo de estructuras y edificios, así como la imposibilidad de poder reponer materiales dañados, o que progresivamente se han quedado obsoletos.
Al margen de las grandes infraestructuras, el daño causado por los recortes también se ha hecho sentir en las redes y equipamientos eléctricos, los equipos de climatización, los sistemas de seguridad, el mobiliario de aulas, seminarios, laboratorios y despachos, así como en sus equipamientos tecnológicos. Durante estos años tampoco ha sido posible abordar la renovación de equipos de investigación en mal estado o desfasados, ni los equipamientos de los departamentos dedicados a las actividades docentes. Por otra parte, los equipos informáticos de los profesores son ya excesivamente antiguos y tampoco han podido ser renovados. A estas circunstancias, se une la necesidad de implementar nuevas infraestructuras docen-tes y de investigación, que permitan dar una adecuada respuesta a las necesidades actuales y que permitan el desarrollo futuro de nuestra universidad.
En el momento actual es imprescindible, en particular, disponer de un plan integral que aborde, de una forma global y completa, todas las infraestructuras del Campus Científico-Tecnológico, y que incluya la mejora y optimización de todos los elementos del mismo (viales, ajardinamiento, edificios, dotaciones docentes y de investigación…). También se necesita realizar un adecuado mantenimiento de los edificios del Campus de la ciudad y cuidar de forma muy especial todos aquellos que forman parte de nuestro patrimonio histórico. En Guadalajara, el desarrollo del nuevo campus es una auténtica prioridad, por lo que será necesario mantener e intensificar las negociaciones con las autoridades políticas hasta lograr que se inicien las obras del nuevo campus. Para toda nuestra universidad, en su conjunto, es fundamental mejorar la gestión de todas las infraestructuras y realizar un aprovechamiento racional de las mismas.
Por lo que respecta a las infraestructuras docentes y de investigación, es también urgente actuar sobre ellas, ejecutando un plan de renovación del equipamiento que dé respuesta a las necesidades existentes, reforzando aquellas infraestructuras y servicios más necesarios, y diseñando un programa de mantenimiento adecuado a medio y a largo plazo. Además, es imprescindible mejorar los equipamientos docentes de los Departamentos y de los Centros para adecuarlos a las necesidades actuales y, sobre todo, a las que inevitablemente se requerirán en un futuro inmediato. En necesario que todos los miembros del PDI cuenten con las herramientas informáticas necesarias para realizar adecuadamente sus labores docentes e investigadoras. Por último, es preciso dotar al profesorado de unidades de apoyo tecnológico para que puedan adaptar con facilidad su actividad docente a las nuevas tecnologías, por lo que se considera necesario crear un nuevo Centro de Apoyo a la Docencia, centro que debe dedicarse específicamente al empleo de medios tecnológicos, que puedan servir de apoyo en la elaboración de materiales gráficos y audiovisuales para la docencia.
Es preciso desarrollar un plan de renovación del equipamiento que dé respuesta a las necesidades de la comunidad universitaria